La cosmética natural de Kakogreen encuentra su refugio en Castropol

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Las oportunidades de emprendimiento rural y el interés de los emprendedores por buscar alternativas de negocio en entornos alejados de las ciudades siguen creciendo cada día. Una realidad en la que cada vez abundan más mujeres representando el 52,6% de los emprendedores rurales en el país, según el Observatorio del Emprendimiento de España con datos del Proyecto GEM, dentro de las actividades del programa GIRA Mujeres impulsado por Coca-Cola. La brecha de la digitalización supone uno de los principales desafíos en el entorno rural. En España, un total de 2,4 millones de personas no tiene acceso a internet de, al menos, 100 Mbps. Los retos que plantea la digitalización rural se convierten también en oportunidades de negocio para aquellos que desean emprender. Cada vez son más las personas que optan por ideas de emprendimiento que incluyen las nuevas tecnologías como solución a algunos de los principales problemas que presenta el campo. ¿Cuáles son las mejores oportunidades de negocio para el emprendimiento rural? ¿Cómo se pueden adaptar las ideas a otros proyectos? En el campo no solo hay iniciativas con éxito vinculadas al sector primario. Y es que dicen que los momentos de crisis son el germen perfecto para reinventarse y encontrar nuevas oportunidades. Carolina Carbajal, impulsora de la firma de cosméticos naturales Kakogreen, da cuenta de ello.

Instalada desde 2008 en el enclave de San Juan de Moldes, municipio de Castropol, Carolina atravesaba una mala época personal cuando decidió valorar otras opciones laborales más apegadas a la tierra y basadas en la sostenibilidad. De su mano, en verano de 2023 se materializó como una buena alternativa a la cosmética tradicional. La firma castropolense dio sus primeros pasos en el mercado abanderando una cosmética sólida y fresca, libre de tóxicos, sin testar en animales, con ingredientes seguros y 100% vegana; todo ello con el objetivo final de “respetar lo máximo posible tanto la piel como el medioambiente”. Su razón de ser, sin embargo, ya había empezado a madurar unos cuantos años antes cuando la emprendedora comenzó a crear sus propias fórmulas “por salud y evitar la cantidad de químicos que había en la cosmética convencional y en los productos de limpieza”. Con un diagnostico de sensibilidad química, entre otras dolencias, Carolina materializó Kakogreen “como terapia. Cuando me encontraba bien, crear cosas con las manos, como los jabones, me ayudaba mucho. Empecé a regalar la cosmética y vi que gustaba mucho”. Así que no lo dudó, se abrió al mundo a través de las Redes Sociales, como Instagram, y “seguí jugando con el tema de emprender” hasta que el volumen de trabajo la impulsó a profesionalizarse, “era una alternativa a mi situación. Me era imposible trabajar”. Por aquel entonces, “tenía muchas limitaciones físicas. Hoy, tras rencontrarme a mi misma, soy una persona nueva que escucha a su cuerpo”.

Más allá de los productos cosméticos, los valores de la empresa también se extienden hasta los envases y el packaging de los mismos, manteniéndose firme a su filosofía y tratar de reducir la huella ecológica. “Al final también hay una motivación muy importante del impacto que producimos con el proyecto en el medio natural”, resalta.

Cosmética sólida, eco-sostenible y sin renunciar a ofrecer un producto de calidad. Unas características y filosofía que la firma reproduce en el grueso de su catálogo, que incluye desde  jabón corporal,  champú, bálsamo o bruma facial hasta velas, jaboneras artesanales o piedras naturales para la práctica del reiki.

Sesiones de reiki y asesorías

En lo que respecta a la venta, los productos de Kakogreen se encuentran disponibles a través de la tienda online de la marca (www.kakogreen.com). Pero el proyecto va mucho más allá de la propia cosmética. Carolina es maestra de reiki, una terapia que se basa en la canalización de energía universal a través de las manos del practicante hacia el receptor. El objetivo es equilibrar los campos energéticos del cuerpo, la mente y el espíritu para promover la relajación, la sensación de bienestar y la capacidad de autocuración.

Por ello, y también gracias a su experiencia personal, organiza sesiones en grupos reducidos en su hogar. Asimismo, imparte talleres de velas aromáticas y asesorías mediante videollamada sobre emprendimiento o “sobre algún proceso creativo”.  En definitiva, “vi la necesidad de acercarme más a las personas y poder ayudar. Hay mucha necesidad de ser escuchado y doy mi punto de vista desde la observación”.  Asimismo, “hago acompañamientos largos, de unas 10 sesiones, donde hacemos un recorrido sobre la persona y sus limitaciones”. Desde su experiencia, “me enfoco en dar lo máximo de mi”.