Sesenta mujeres, dedicadas en su mayoría a la ganadería de vacuno, pero también de ovejas y cabras, en el Principado de Asturias, viajaron el pasado fin de semana a la localidad suiza de Charmey, en Gruyere, donde tiene lugar uno de los festejos de Desàlpe, más vistosos y populares del país.
Según marca la tradición, durante el último fin de semana de septiembre o el primero de octubre, antes de la llegada del invierno, los pastores, con sus trajes tradicionales, bajan al ganado coronado con flores de todo tipo, atravesando el formidable paisaje alpino, hasta llegar a los pueblos. Allí son recibidos con una gran fiesta popular, en la que no faltan los cornistas alpinos (Yódel) y los mercadillos de productos artesanos locales, lo que lo ha convertido en un importante reclamo turístico y una fuente de ingresos para estas localidades donde se celebra. Según explica, Lucía Velasco, presidenta de Ganaderas Asturianas, “Se trata de un viaje formativo, para poder ver in situ nuevas formas de manejo de los animales en trashumancia, a la vez que aprendemos otras técnicas complementarias a la ganadería, relacionadas con la agricultura y el turismo, que nos permitan diversificar nuestra actividad”.
En esta aventura, Ganaderas Asturianas cuenta con el respaldo de Zoetis, líder en salud animal a nivel global, compañía comprometida con la formación y la visibilidad de la mujer ganadera, destacando su papel clave a la hora de producir alimentos y, muy importante, de fijar la población en las zonas rurales de España, cada vez más despobladas. “Modelos de trashumancia como el Desàlpe resultan muy inspiradores para nosotras como vaqueiras, añade la presidenta de Ganaderas Asturianas, ya que permite que el ganado aproveche los pastos de alta montaña en verano, mientras los de las zonas más bajas se reservan para su alimentación en el largo invierno. A la vez, se generan ingresos derivados del turismo y se promocionan los productos locales”.