El shiitake germina en Grado

0
2886

Ser mujer en el mundo rural no es una tarea sencilla. Mucho menos si se desea emprender un negocio propio. Existen numerosos retos persistentes en la vida de la emprendedora rural. Se han analizado desde múltiples enfoques, y sin embargo, la pregunta sigue ahí: ¿Qué necesitan las emprendedoras rurales para mejorar su situación? Todas las voces expertas coinciden en que las emprendedoras rurales necesitan un impulso para que ellas se vean beneficiadas, pero también sus comunidades. Lo más urgente es una burocracia más ágil y adaptada a su realidad, incentivos económicos para que emprender en su pueblo no sea un acto kamikaze y servicios que les permitan conciliar su vida personal con su jornada laboral. Es el camino que ha recorrido Sandra Tronco, natural de Grado, quien ha impulsado una producción de la variedad de setas de origen asiático denominada shiitake en un bosque moscón de El Bondeú, en la parroquia de El Fresno, como solución a la crianza. “Cuando empecé a valorar la idea de emprender mi hija tenía seis meses. Buscaba algo que me permitiese organizar mí tiempo y estar presente en su día a día. Eso un horario de oficina no te lo permite. Buscaba algo compatible con criar y la micología siempre me gustó. Hoy por hoy esto donde quiero estar”, afirma.

Y es que el emprendimiento liderado por mujeres ha crecido de forma exponencial como un motor de desarrollo económico. En concreto, los proyectos de emprendimiento de las mujeres en la España rural se convertirán en una palanca para el desarrollo económico en los próximos años, lo que contribuirá a frenar la despoblación. Así lo asegura el Observatorio del Emprendimiento de España, que ha elaborado un estudio en colaboración con la Empresa Nacional de Innovación y Coca-Cola. Esta geóloga de profesión decidió dejar de trabajar un tiempo al tener a su hija Llara y, por casualidades de la vida y tras realizar un curso de micología que impartía el Ayuntamiento de Grado, terminó metida de lleno en el universo micológico nipón, en el que está haciéndose hueco con cosechas graduales desde 2019 que comercializa ella misma.

Natural y ecológico

Comenzó inoculando 600 troncos y “ahora ya tengo produciendo unos 1.500. Cada año he ido inoculando alguno más”, que producen de manera natural y ecológica de marzo a diciembre. “A partir de verano y principios del otoño es cuando más se recoge pero todo depende de las temperaturas”. Aun “estamos aprendiendo”. Por ello, “continuamos aumentando el número de troncos productores cada año, que duran varias temporadas y después dejan de producir. El número final de troncos productores no está aún decidido, continuamos inoculando, tanto para aumentar la producción como para ir reponiendo los que se agotan. Todavía tengo madera produciendo de nuestros inicios”.

El shiitake es una seta de origen japonés cuyo nombre está formado por las palabras ‘take’, que significa seta, y ‘shii’, que alude al árbol sobre el que crece, que en Asturias vendría a ser el roble. Reconoce que este año “sí se ha notado la crisis. Este tipo de setas no deja de ser un producto gourmet. Aun así, sigo sacando la producción adelante”. Sandra procura que la producción sea continuada para tener una cantidad de shiitake pareja todas las semanas para abastecer a la hostelería. “Lo tengo de tal manera calculado que los pongo a producir para que me den las setas a la semana aunque al final es la climatología quien lo decide”, explica.

Llega a producir hasta 20 kilos de setas semanales que además de en restaurantes comercializa en una tienda especializada de productos ecológicos en la villa moscona, en las cestas semanales de una comercializadora y, también a través de la venta directa. La puedes seguir en el Facebook De tronco. Setas de Asturias.

Una vez inoculados los troncos, los incuba durante un año en el monte, el tiempo que tarda el hongo en colonizar la madera. En ese momento, estimulan el crecimiento sumergiendo los troncos en agua durante 24 horas.

De ahí, pasan a la sala de producción que tienen en el monte, aislados del agua e insectos, produciendo una cosecha semanal, en un ciclo constante de agua y secado. Sandra está presente en todo el proceso productivo. “Intento encajar los trabajos mientras está la niña en el colegio. Es mi máxima. Hay días que toca trabajar un poco más pero tengo muy claro que monté mi empresa para criar y pasar el tiempo con mi familia y no permito que me lleve mucho más tiempo”, concluye.