Los hermanos Mario y Roberto Carlos Álvarez Pérez han superado varias adversidades desde que asumieron la gestión de la Ganadería Quevedo creando una sociedad en el año 2005. Actualmente cuentan con 170 animales de raza frisona incluidas las novillas y terneras. En el año 2000 decidieron dar un impulso a la originaria ganadería familiar adquiriendo una casería cercana con la compra de una casa, nave y finca. Sufrieron un vacío sanitario que les supuso empezar de cero en dos ocasiones. Ya recuperados, su aspiración es alcanzar la máxima capacidad de ganado que ofrece su nave.
-¿Cómo fueron los comienzos?
-El camino hasta aquí ha sido muy duro. Comenzamos prácticamente de cero hace 17 años con la compra de una casería cercana a nuestra casa. A eso tuvimos que añadir que en 2005 sufrimos un vacío sanitario teniendo que sacrificar todo el ganado que había y volver a empezar de cero. Sacrificamos 78 animales y luego ninguno dio positivo en el matadero. Lo pasamos mal, nos obligaron a estar dos meses sin producción, y claro, en ese tiempo te tienes que hacer cargo igualmente de los gastos fijos aún no teniendo ingresos. Fue un golpe muy duro para nosotros. Con el dinero del Principado, lo que cobramos por la carne, el del seguro y el de otra póliza extra que teníamos, solo pudimos comprar 38 madres. Si no hubiésemos tenido seguro hubiésemos tenido que cerrar la explotación. Además el problema es que quedas sin recría y aún en ese momento estábamos empezando.
-¿Cómo fue volver a empezar?
-Después de eso nos costó arrancar porque nuestro ganado aún estaba atado, las vacas que compramos venían de estabulaciones y no se adaptaron, tuvimos mala suerte hasta en los partos que ese año en su mayoría nos vinieron machos. En esa época además era cuando teníamos pensado ampliar y hacer una nave nueva, supuso volver a empezar y esperar un tiempo hasta seguir con los planes que teníamos. Ahora mismo ya estamos recuperados, aunque tuvimos que empezar de cero dos veces. Después se pudo hacer la nave que teníamos programada y hemos ido poco a poco progresando.
-¿Cómo es la alimentación de su ganado?
-Tenemos carro mezclador, la mezcla por vaca lleva 25 kilogramos de silo de maíz, 13 de silo de raigrás, 12 de pienso y medio kilo de paja. Y la recría también consume silo de pradera. Somos socios de Central Lechera y compramos el pienso a ASA. Los silos lo hacemos nosotros y la paja la compramos. En este ciclo que se cerró en marzo entregamos casi un millón kilos de leche anual.
-¿De qué sistema de ordeño disponen? ¿Y maquinaria?
-Contamos con un sistema de ordeño DeLaval de sala en espina con 12 puntos con retiradores y medición electrónica. En cuanto a maquinaria tenemos tractores, roto empacadora, arado… procuramos hacer los máximos trabajos posibles nosotros, salvo cosechar el maíz que hacemos a través de una empresa de servicios.
-¿Cuál ha sido la última incorporación a su ganadería?
-Una amamantadora o nodriza de terneros DeLaval, que principalmente nos ahorra casi dos horas de trabajo. Llevamos casi dos meses con ella y ha sido un gran acierto, estamos encantados con el funcionamiento.
-¿Tienen proyectos de futuro?
-No, alcanzar la capacidad máxima de la nave con el ganado. Aunque entregamos la leche a Central Lechera el margen de beneficio para la inversión que hay que hacer es pequeño. Los problemas del sector son los altibajos que sufrimos, hay que ir resistiendo poco a poco.