Además de concejal de Medio Rural de Llanes, Javier Ardines es propietario de un barco de pesca de bajura, con lo que puede hacer una valoración tanto personal como desde el punto de vista de la Administración local de la situación de la pesca en el puerto llanisco.
-¿Cómo está el sector pesquero en Llanes?
-Llanes está actualmente entre la tercera o cuarta cofradía en volumen de ventas de Asturias, pero no es única y exclusivamente por la pesca que hacemos los barcos locales, sino porque es un punto donde se concentran las ventas de barcos de Cantabria y de otros puertos de Asturias. El sector en sí está sufriendo una crisis similar a otros sectores por varios motivos como por sobre explotación de los recursos, evidentemente cada vez hay menos y es más complejo sacar el día a día adelante y en gran medida también por las presiones que se están sufriendo por la política pesquera común, las cuotas en las que las especies que más abundan como puede ser la xarda o el verdel, pero ahí estamos luchando.
-En esta época ¿están limitados?
-Hay que tener en cuenta que con las normas que nos vienen impuestas de Bruselas, según va avanzando la campaña muchas especies están vedadas hasta el uno de enero, las especies a las que te puedes dedicar están más reducidas. Esto implica que todos pesquemos las mismas especies y tienen menor valor comercial.
-¿Les influye la navidad?
-Es la época del año donde más valor comercial tiene el pescado y sin embargo por una parte las condiciones climatológicas hacen que se pierdan bastantes días de trabajo. La flota de bajura asturiana no son barcos de gran tamaño.
-¿Qué pediría al año que viene?
-Llevamos dos de lucha sobre el reparto de las cuotas de la xarda, antes parte de la flota trabajaba dos o tres meses dedicada a esa variedad. Se le dio el 42% a la flota vasca, el 7% a los cántabros y a nosotros que teníamos el mayor número de barcos, solo nos corresponde un 3%. Esto implica que un barco asturiano puede estar un máximo de 7-8 días pescando y en el País Vasco no llegan al cupo. Esa es nuestra mayor reivindicación, no solo por la economía en sí, sino que tenemos que dedicarnos por dos o tres meses a otras especies. Si a eso unimos los estudios que sistemáticamente se hacen en los centros oceanográficos, y que el arrastre es el arte más depredador, se calcula que entre el 40 y el 60% son descartes, a pesar de eso se sigue autorizando. Estos son los grandes cánceres que tiene el sector conjuntamente con la competencia desleal del furtivismo.