Yasmina Triguero: «Emprender en el sector turístico, agrario o ganadero tiene futuro”

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Mujer y alcaldesa, un binomio que hace décadas era casi impensable y que en pleno siglo XXI ha logrado abrirse paso en un terreno en el que la igualdad ha ido dando tímidos pasos de gigante y que ha ido conquistando en Asturias, poco a poco, 22 alcaldías sobre el total de los 78 ayuntamientos. Yasmina Triguero (IU) dirige el Consistorio de Castrillón desde 2014. Tomó el relevo de Ángela Vallina (eurodiputada por IU) y hoy gobierna en tripartito, con el apoyo del Partido Socialista (PSOE) y Podemos. Y es que la política de partido se diluye en los pueblos, lo realmente importante es quienes lo habitan. “Se dio un gran paso por parte de las tres agrupaciones políticas para salvar diferencias pasadas y poder así elaborar un documento consensuado, en el que trabajamos dos semanas muy duro, y que es como la hoja de ruta de la legislatura”. La clave es “mucha comunicación, con reuniones periódicas, para que exista esa coordinación y cordialidad, que a día de hoy nos ha mantenido gobernando con tranquilidad. No sin debate en algunas cuestiones pero creo que hay una cierta confianza por el bien del municipio, sus vecinos y de la izquierda”. La animó a tomar el bastón de mando “primeramente la necesidad. Ángela Vallina se iba y como número dos no me quedaba otra que asumir la alcaldía, y luego, el compromiso con el partido”.

Los inicios fueron duros, “el exponerme ante la ciudadanía para que de alguna manera te den su apoyo a la hora de gobernar me generó una sensación de vértigo. Yo no era una persona oriunda del concejo. Si que nací aquí pero a los dos años me fui a vivir a Avilés y no volví hasta los 18. No era una persona conocida en el entorno, se me hacía complicado eso de exponerme a la valoración del pueblo”. Asimismo, la labor “es muy dura. Compatibilizarla con tu vida laboral y personal, con dos hijas, es difícil. No ves donde están los huecos. Soy la única liberada en el Ayuntamiento y para sacar el trabajo adelante hay jornadas que entro a las 9 de la mañana y salgo del despacho a las 10 de la noche. El compromiso es muy grande, aprendes mucho pero sufres”. Sumado a que, “sin lugar a duda, las mujeres debemos demostrar nuestra valía el doble. Al hombre, no sé por qué, se le presupone. Te vas ganando el reconocimiento de tus compañeros, de otras fuerzas políticas y de la propia casa en cuanto al funcionariado público pero es muy difícil que de primeras te valoren tu trabajo y dedicación”.

Maestra en la rama de Educación Especial y licenciada en Pedagogía, Triguero  tiene su plaza fija, ahora en excedencia para ocuparse de las labores consistoriales, en la Consejería de Bienestar Social desde el año 2000. Se inició en la política en 2007 como concejala independiente del grupo municipal de IU, partido al que se afiliaría posteriormente, en las competencias de Formación y Empleo, Igualdad, Educación y Cultura, Urbanismo y Hacienda, pero “básicamente yo desarrollé toda la política de Igualdad, que en ese momento estaba prácticamente inactiva. No tenía personal fijo en el área, conseguimos la figura de la técnico de Igualdad y se fijaron los pilares de lo que hoy es la concejalía con un gran desarrollo en el Ayuntamiento de Castrillón, como el Consejo de la Mujer y toda su estructura”. A pesar del trabajo duro, las jornadas interminables y los sinsabores que determinados temas le originan su entrega es notable y reconoce que el principal reto de la Administración local  está en “cómo podemos funcionar de tal menara que no tengamos tanto atraso a la hora de contestar a la ciudadanía”. Es decir, “la Administración se ha vuelto tan garantista, quizá por necesidad a causa de la corrupción de algunos gestores, que los procesos se hacen muy lentos. Tenemos que conseguir ser más eficientes”.

-De las iniciativas que ha sacado adelante, ¿cuáles destacaría?

-En Castrillón estamos muy orgullosos y hemos defendido siempre nuestra política social. Desde el principio, nuestro objetivo es que la ciudadanía tenga muy buena calidad de vida atendiendo sus necesidades básicas de primer orden y a todos los niveles: educativas, sociales, sanitarias, de ocio,  de participación social y de movilidad en nuestro entorno. Una vez conseguido esto, y que continuamente tratamos de mejorar, hemos hecho un gran trabajo a nivel económico. Hemos saneado las cuentas municipales, lo que considero muy importante porque te permite que los servicios públicos que prestas sean de garantía.

-¿Y en cuánto materia de conciliación?

-Se ha hecho una inversión altísima en dotar al municipio de lo esencial. Tenemos unos centros educativos muy importantes y los hemos mantenido en muy buen estado. Instauramos el servicio de apertura temprana y asumimos los comedores. Asimismo, inauguramos dos escuelas de 0 a 3 años y una residencia de ancianos pública con capacidad para 120 ancianos, y con el servicio de Centro de Día. Además, se hizo la Casa de Encuentros, los Juzgados, el centro cultural Valey, las bibliotecas de Salinas y Piedras Blancas, la Sala Juvenil y ahora estamos con instalaciones deportivas de  primer orden.

-¿Hay cabida para el emprendimiento?

-Castrillón tiene una zona rural amplísima. Tenemos dos valles, el de Pillarno y el de Santiago del Monte hasta el aeropuerto, muy bien comunicados y con grandes posibilidades de negocio. Ya existen proyectos novedosos en la zona como es un planetario, la ampliación de una granja de gallinas en producción de huevos ecológicos o negocios ligados a la hostelería amparados con fondos. Emprender en el sector turístico, agrario o ganadero tiene futuro.

-¿Cuál es la situación más difícil a la que se ha enfrentado como primera edil?

-La pandemia ha sido dura. Hemos tenido que reorganizarnos administrativamente para poder atender a la población y dar un salto a nivel tecnológico para teletrabajar y tener esa relación cercana con la ciudadanía a pesar  de las restricciones y poder así responder a sus necesidades. El conectar con todas las personas mayores para que tuviesen sus necesidades cubiertas era un reto importante que conseguimos acometer. Pero, el reajuste económico por la crisis de 2012 ha sido extremadamente complicado.  La caída de ingresos fue tan brutal que tuvimos grandes quebraderos de cabeza para generar solvencia y no recortar en servicios. Hubo tres meses que no sabíamos cómo los íbamos a mantener. Pero se consiguió salir adelante y con remanente.